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ARTIGAS AL GOBERNADOR DE CORRIENTES.

"ENTRE NOSTOROS NO QUEREMOS LOBOS VESTIDOS DE PIEL DE OVEJA, POR QUE ASI NOS HACEN LA GUERRA MÁS ODIOSA. EL QUE SEA ENEMIGO, DECLARESE Y SABREMOS CONTRARRESTAR ARMAS CON ARMAS Y HOMBRES CON HOMBRES, PERO QUE A FUERZA DE INTRIGAS E INTERESES QUIERAN OSCURECER NUESTRA VIRTUD Y HACER QUE TRIUNFE LA INDIGNIDAD, ES EL DOLOR QUE HACE MUCHO TIEMPO TRASPASA MI ALMA Y POR EL CUAL ME SACRIFICO HASTA VER REINANTE LA JUSTICIA". ARTIGAS, al gobernador de Corrientes, 4 de Febrero de 1815.







EL MARXISMO COMUNISMO ES INTRISECAMENTE MALO !!

"EL COMUNISMO ES INTRÍNSECAMENTE MALO, Y NO SE PUEDE ADMITIR QUE COLABOREN CON EL COMUNISMO, EN TERRENO ALGUNO, LOS QUE QUIEREN SALVAR DE LA RUINA LA CIVILIZACIÓN CRISTIANA. CUANTO MÁS ANTIGUA Y LUMINOSA ES LA CIVILIZACIÓN CREADA POR EL CRISTIANISMO EN LAS NACIONES EN QUE EL COMUNISMO LOGRE PENETRAR, TANTO MAYOR SERÁ LA DEVASTACIÓN QUE EN ELLAS EJERCERÁ EL ODIO DEL ATEÍSMO COMUNISTA". PAPA PÍO XI.

ENTRE TODOS PACÍFICAMENTE VAMOS A TIRAR ABAJO EL MARXISMO COMUNISMO EN CUBA, COREA DEL NORTE, CHINA, EN TODO EL MUNDO, POR QUE ES LA ÚNICA SOLUCIÓN PARA LA PAZ !!. DEPUÉS CAMBIAMOS EL CAPITALISMO POR UN CRISTIANISMO MAS POSITIVO !!. ENTONCES EL MUNDO, LA HUMANIDAD SERA OTRA !!.

“EL FRÍO, EL HIELO AVANZAN EN LA TIERRA, PERO NO SOLO EN LA TIERRA, SINO EN LAS MENTES Y CORAZONES DE LOS HUMANOS. DIOS LE HA DADO UN FUEGO INEXTINGUIBLE, PERO EL HOMBRE TIENE MIEDO DE USARLO. CADA VEZ MAS ESTA RODEADO DEL FRÍO E HIELO, NO ES EL QUE ESTA AFUERA, ES EL FRÍO Y HIELO QUE ESTA DENTRO DEL CORAZÓN, ALGUIEN ENTIENDE, PERO FALTA TIEMPO PARA QUE TODOS ENTIENDAN!.

ORA ET LABORE!!!




LA PIEDRA FUNDAMENTAL....

LA PIEDRA QUE LOS CONSTRUCTORES ARQUITECTOS DESECHARON VA A SER LA BASE Y VERTICE DE TODA LA CONSTRUCCIÓN. ESTO ES ALGO MARAVILLOSO....!!.

2019.

A PARTIR DEL SEGUNDO SEMESTRE, JULIO 2019, COMIENZA PARA LA HUMANIDAD UN TIEMPO DE OSCURIDAD CADA VEZ MAS PROFUNDA HASTA EL 2040. LAS FUERZAS OSCURAS DEL ANTICRISTO, DRAGÓN ROJO, COMENZARAN A LEVANTARSE DESDE EL ORIENTE HASTA DOMINAR TODO EL PLANETA TIERRA Y LA HUMANIDAD.- DESPUES 2040 CUANDO SEA DERROTADO COMENZARAN 1000 AÑOS DE LUZ Y DE PAZ PARA TODA LA HUMANIDAD.

BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA HISPANOAMERICA.

MAYO DE 1811 - MAYO DE 2011.-

200 AÑOS DE INDEPENDENCIA.

DESCUBRIMIENTO DE AMERICA 518 AÑOS.

DESCUBRIMIENTO DE AMERICA 518 AÑOS.
CARABELAS DE COLON

jueves, 29 de abril de 2010

¿PODEMOS CAMBIAR EL MUNDO?

Cambiar el mundo

La clave de nuestra capacidad de hacer cambiar a los demás está siempre ligada a nuestra capacidad de cambiarnos a nosotros mismos.

Cambiar el mundo
«Cuando era joven y mi imaginación no tenía límites, soñaba con cambiar el mundo.

»Según fui haciéndome mayor, pensé que no había modo de cambiar el mundo, así que me propuse un objetivo más modesto e intenté cambiar sólo mi país.

»Pero, con el tiempo, me pareció también imposible. Cuando llegué a la vejez, me conformé con intentar cambiar a mi familia, a los más cercanos a mí.

»Pero tampoco conseguí casi nada. Ahora, en mi lecho de muerte, de repente he comprendido una cosa: si hubiera empezado por intentar cambiarme a mí mismo, tal vez mi familia habría seguido mi ejemplo y habría cambiado, y con su inspiración y aliento quizá habría sido capaz de cambiar mi país y —quien sabe— tal vez incluso hubiera podido cambiar el mundo.»

Este viejo relato, recogido en una lápida de la Abadía de Westminster, puede servirnos como una interesante reflexión acerca del sentido crítico y el deseo de cambio que todos tenemos en nuestro interior. Normalmente, la crítica se tiñe del ánimo o la disposición interior que hay tras ella, y de la que muchas veces procede. También sabemos que hay disposiciones mejores y peores, positivas y negativas, optimistas y pesimistas, y eso debemos tenerlo presente, y saber reconocerlo, pues resulta decisivo para comprobar la rectitud de nuestros juicios y la fiabilidad de nuestra capacidad de valoración y de crítica.

Si damos entrada a la envidia, al orgullo, la ira, la ambición, o a cualquiera de las múltiples formas en que la soberbia se manifiesta en todos los hombres, ese ánimo o predisposición con que observamos a los demás condicionará todo lo que observamos. Y entonces perderemos objetividad en nuestros análisis y eficacia en nuestros empeños por mejorar el mundo que nos rodea.

Solamente si hay una buena disposición, si se ve a los demás con el necesario afecto, deseando su bien, sólo entonces la crítica reúne las condiciones que requiere para ser una crítica útil y constructiva. Y sólo entonces es un acto de virtud para quien la practica y una verdadera ayuda para quien la recibe.

Y para entender y realizar así la crítica, es preciso ensayarla primero con uno mismo, como advirtió al final de su vida el protagonista de aquella reflexión. Sólo cuando se sabe lo que cuesta mejorar, lo difícil que resulta y, al tiempo, lo importante y liberador que es, sólo entonces se puede observar a los demás con cierta objetividad y ayudarles realmente. El que sabe decirse las cosas claras a sí mismo, sabe cómo y cuándo decírselas a los demás, y sabe también escucharlas con buena disposición.

Saber recibir y aceptar la crítica es prueba de profunda sabiduría. Dejarse decir las cosas es signo cierto de grandeza espiritual y de inteligencia clara. Aprender de la crítica es decisivo para hacer rendir los propios talentos. En cambio, quien no soporta que se le critique nada, e incluso ataca a quien ha tenido la atención y el desvelo de hacerle una crítica honesta y buena, o incluso se ensaña con el mensajero, esa persona difícilmente saldrá de sus errores, que con seguridad serán numerosos.

No se trata de vivir siempre pendiente de la crítica, bailando al son de lo que se diga o se deje de decir sobre lo que hacemos o somos, porque esa preocupación acabaría siendo patológica. El que no hace nada no suele recibir críticas, pero el que hace mucho suele ser criticado por todos: lo critican los que no hacen nada, porque ven su vida y su trabajo como una acusación; lo critican los que obran de modo contrario, porque lo consideran un enemigo; y lo critican a veces también los que hacen las mismas o parecidas cosas, porque se ponen celosos. Tiene que hacerse perdonar por los que apenas hacen nada y por los que no conciben que se pueda hacer nada bueno sin contar con ellos.

En todo caso, y como también advirtió con lucidez aquel hombre al final de sus días, la clave de nuestra capacidad de hacer cambiar a los demás está siempre ligada a nuestra capacidad de cambiarnos a nosotros mismos.


Autor: Alfonso Aguiló | Fuente: Interrogantes.net (Catholic.net).

EL ERROR DEL LIBERALISMO.

EL ERROR DEL LIBERALISMO
(por el Cardenal Louis Billot)
INTRODUCCIÓN.

El liberalismo, en cuanto es un error en materia de fe y de religión, es una doctrina multiforme que emancipa en mayor o menor proporción al hombre de Dios, de Su ley, de Su Revelación y, consecuentemente, desliga a la sociedad civil de toda dependencia de la sociedad religiosa, es decir, de la Iglesia, que es custodia de la ley revelada por Dios, su intérprete y maestra.
Me refiero al liberalismo, en cuanto representa un error en materia de fe y de religión. Porque si consideramos el contenido del vocablo, fácilmente se apreciará que el liberalismo, no sólo en las cosas atingentes a la religión y a las relaciones con Dios, tiene vigencia o puede tenerla. Por cierto, la emancipación de Dios fue el fin principal intentado. En efecto, se reunieron contra Dios y contra Su Cristo, diciendo: Rompamos sus ataduras y arrojemos de nosotros su yugo". Pero para este mismo fin prefijaron un principio general, que sobrepasa los limites del ámbito religioso e invade y penetra todos los campos de la comunidad humana. Ese principio es el siguiente: la libertad es el bien fundamental, santo e inviolable del hombre, contra el cual es un sacrilegio atentar por medio de la coacción; y de tal modo esta misma irrestringible libertad debe ser puesta como piedra inconmovible sobre la cual se organice todo de hecho en la humana convivencia, y como norma inconmovible según la cual se juzgue todo de derecho, que sólo sea dicha equitativa, buena y justa la condición de una sociedad que descanse en el citado principio de la inviolable libertad individual; inicua y perversa, la que sea de otro modo. Esto es lo que excogitaron los promotores de aquella memorable Revolución de 1789, cuyos amargos frutos ya se recogen en casi todo el mundo. Esto es lo que constituye el principio, el medio y el fin de la "Declaración de los derechos del hombre". Esto es lo que para aquellos ideólogos fue como la base para la reedificación de la sociedad desde sus últimos cimientos, tanto en el orden político, económico y doméstico, como principalmente en el moral y religioso.
Valdrá la pena, por lo tanto, enjuiciar primeramente en general el principio del liberalismo, tanto en si mismo como en las múltiples aplicaciones que tiene en todos los órdenes. Con lo cual, luego se abrirá más fácilmente el acceso al estudio especial de lo atingente a esta discusión, es decir, el liberalismo religioso y sus varias formas, como ya se determinó más arriba, en el título de la cuestión.

TESIS PRIMERA. Que el principio fundamental del liberalismo es en sí absurdo, antinatural y quimérico.

TESIS SEGUNDA. Que el principio del liberalismo, en sus aplicaciones a las cosas humanas, lleva consigo la disgregación y la disolución de todos los órganos sociales, introduciendo por todas partes la lucha por la vida, en lugar de la concordia por la vida, que es la única ley de la vida.
Y que extingue todas las libertades reales, por la constitución de un estado despótico, absoluto, irresponsable, omnívoro, sin ningún límite en su arbitrio y omnipotencia.

TESIS TERCERA. Que el principio del liberalismo es esencialmente antirreligioso, mostrando directamente contra Dios los clientes de la independencia. Y que todas las cosas intentadas, bajo el falaz pretexto de la libertad, tanto en el orden político como económico o doméstico, tienen en realidad como fin quitar del mundo el culto de Dios, la religión de Dios, la ley de Dios, e incluso la noción de Él.

SEMBRANDO Y COSECHANDO.

Sembrando y Cosechando

Compartiendo la mejor cosecha.

Una historia que nos enseña a trabajar unidos por la felicidad de todos.

En cierta ocasión, un reportero le preguntó a un agricultor si podía divulgar el secreto de su maíz, el cual ganaba el concurso al mejor producto año tras año. El agricultor confesó que se debía a que compartía su semilla con los vecinos.
- "¿Por qué comparte su mejor semilla de maíz con sus vecinos, si usted también entra al mismo concurso año tras año?" preguntó el reportero.
- "Verá usted, señor," dijo el agricultor, el viento lleva el polen del maíz maduro, de un sembrío a otro. Si mis vecinos cultivaran un maíz de calidad inferior, la polinización cruzada degradaría constantemente la calidad del mío. Si voy a sembrar buen maíz, debo ayudar a que mi vecino también lo haga".
Quienes decidan vivir bien, deben ayudar a que los demás vivan bien, porque el valor de una vida se mide por las vidas que toca. Y quienes optan por ser felices, deben ayudar a que otros encuentren la felicidad, porque el bienestar de cada uno se halla unido al bienestar de todos.

viernes, 23 de abril de 2010

AGUAS TURBIAS.

UN AMIGO ME HA ENVIADO ESTE ARTICULO SOBRE EL LIBRO AGUAS TURBIAS. REPRODUZCO AQUI SOLAMENTE ALGUNAS PAGINAS INICIALES POR QUE ES MUY EXTENSO. ESTE LIBRO ES IMPORTANTE PARA REFLEXIONAR Y PENSAR.



En las aguas turbias del Concilio Vaticano II
COLECCIÓN LI, LI, AMMA ABACTHANI?
VOLUMEN I.
AGUAS TURBIAS.


“El Concilio es como un manantial que se convierte en un río. La corriente del río nos sigue aun cuando la fuente del manantial está lejos. Se puede decir que el Concilio dejó un legado a la Iglesia que lo celebró. El Concilio no nos obliga tanto a mirar hacia atrás, al acto de su celebración, sino, más bien, nos obliga a tomar en consideración la herencia que de él hemos recibido, la cual está presente y permanecerá presente en el futuro. ¿Qué herencia es esta?.
Paulo VI, Audiencia General del 12 de enero de 1966, Insegnamenti di Paolo VI ,Tipografia Poliglotta Vaticana, ol. V, . 98.
AGUAS_TURBlAS_ok.indd 7 4/4/10 17:27:13.


Prólogo Especial.
P. Alachiartin, Sj.
Este primer volumen de la colección Eli, Eli, Lamma Sabacthani? coloca al autor Atila Sinke Guimarães como uno de los actuales estudio- eres mejor informados de aquel evento que marcó época: el Concilio Vaticano II. Hasta el momento, el examen más enciclopédico y detalladamente informado sobre el Concilio había sido realizado por el profesor [Romano] Amerio, en su Iota Unum . La colección de Guimarães concurre justamente a reemplazar Iota Unum como el mejor libro de fuente,de múltiples finalidades, sobre el Concilio. Y no es arriesgado o apresurado predecir que esta obra de Guimarães será un trabajo de referencia sobre la materia, inclusive o largo el siglo XI.
El título del primer volumen, En las Aguas Turbias del Concilio Vaticano II , expresa exactamente su contenido. Todos los que vivimos en los años del Vaticano II (11962-11965) y tuvimos que tratar con sus con- secuencias, podemos reconocer inmediatamente la entera precisión de este volumen. La ambigüedad, cultivada y, como fue, perfeccionada en la composición de los dieciséis principales documentos del Concilio, es ahora vista como el medio más hábil encontrado tanto para destruir el carácter romano y la catolicidad de la Iglesia Católica romana, como para entregarles toda esa organización institucional de mil millones de miembros a las manos listas y ávidas de aquellos para quienes la existencia del Papado tradicional y de la organización jerárquica fue por un largo tiempo un tema.
Se lee este volumen con un cierto sentimiento de malestar, el cual ha sido causado por la manera unificada por la que los propios teólogos y prelados de la Iglesia conspiraron conscientemente, para hacer efectiva la actual tendencia de desromanización y descatolización de la otrora monolítica institución.
Nueva York, 5 de Septiembre de 997.
AGUAS_TURBlAS_ok.indd 13 4/4/10 17:27:13.

jueves, 22 de abril de 2010

DISCURSO DE JHON FITZGERARL KENNEDY: SOCIEDADES SECRETAS

DISCURSO JHON FITZGERARL KENNEDY EL DIA 27 DE ABRIL DE 1961, SOBRE LAS SOCIEDADES SECRETAS.

LA MISMA PALABRA “SECRETISMO” ES REPUGNANTE EN UNA SOCIEDAD LIBRE Y ABIERTA, Y ESTAMOS COMO COLECTIVO, INHERENTE E HISTÒRICAMENTE OPUESTO A LAS SOCIEDADES SECRETAS, JURAMENTOS SECRETOS Y PROCEDIMIENTOS SECRETOS.
PARA LOS QUE NOS OPONEMOS ANTE TODO EL MUNDO A UNA CONSPIRACIÓN MONOLÍTICA Y DESPIADADA LA CUAL DEPENDE DE LA CODICIA PARA EXPANDIR UN TEMOR INFUNDIDO A SUS INFLUENCIAS, EN LA INFILTRACIÓN EN LUGAR DE LA INVASIÓN, EN LA SUBVERSIÓN EN LUGAR DE LAS ELECCIONES. SE TRATA DE UN SISTEMA QUE HA RECLUTADO GRAN CANTIDAD DE RECURSOS MATERIALES Y HUMANOS EN LA CONSTRUCCIÓN DE UNA BIEN UNIDA Y EFICIENTE MÀQUINA QUE COMBINA OPERACIONES MILITARES, DIPLOMÁTICAS, DE INTELIGENCIA, ECONÓMICAS, CIENTÍFICAS Y POLÍTICAS. SUS PREPARACIONES SE OCULTAN, NO SE PUBLICAN. SUS FALLOS SE ENTIRERAN, NO SON TITULARES. SUS DISENDENTES SON SILENCIADOS, NO ALABADOS. NO SE CUESTIONAN SUS GASTOS, NINGÚN SECRETO ES REVELADO. ESTO ES POR LO QUE EL LEGISLADOR ATENIENSE SOLÒN DECRETÓ COMO CRIMEN QUE CUALQUIERE CIUDADANO SE ENCONJIESE ANTE LA CONTROVERSIA. LES PIDO A USTEDS SU AYUDA EN LA GRAN TAREA DE INFORMAR Y ALERTAR A LA GENTE DE AMÉRICA, CON LA CONFIANZA DE QUE CON SU AYUDA, EL HOMBRE PUEDA SER LO QUE NACIO PARA SER: LIBRE E INDEPENDIENTE.

LA FE REAFIRMADA.

HE TOMADO EL ATREVIMIENTO DE COPIAR INTEGRO DOS TEMAS DE LA PAGINA DE LA REVISTA VIRTUAL FE Y RAZÓN. ESPERO QUE SUS DIRECTORES SEPAN PERDONARME EL ATREVIMIENTO. PERO VALE LEER LOS ARTÍCULOS SIGUIENTES Y COMPARTIRLOS CON OTROS.


La fe reafirmada (Daniel Iglesias - Néstor Martínez)

Razón y religión según la doctrina católica
Ing. Daniel Iglesias Grèzes – Lic. Néstor Martínez
El semanario uruguayo de izquierda Brecha, en su nº 1.271, de fecha 31/03/2010, páginas 10-11, trae un artículo de Daniel Vidart, titulado “Fe, creencia, credulidad”. Allí el autor, tomando la posta de la rancia tradición jacobina uruguaya, arremete decididamente contra la Iglesia Católica, pretendiendo demostrar el carácter absurdo e irracional de la fe católica. Nos proponemos refutar sus dichos.
1. Argumentos iniciales
Al comienzo de su artículo, sin preámbulo alguno, Vidart presenta tres argumentos contra la fe católica. A continuación los citaremos con letra itálica, intercalando nuestros comentarios en letra normal.
“Existen, desde los puntos de vista lógico e histórico, contradicciones inexcusables en los cuatro evangelios, por más que los teólogos –ya los piedeletristas acérrimos de la vieja guardia, ya los hermeneutas ilustrados de la nueva- las omitan, tergiversen, adornen u orillen”.
El autor replantea anacrónicamente viejos problemas (la “cuestión sinóptica” y la “cuestión joánica”, enmarcadas en la más amplia “cuestión bíblica”), discutidos por los exegetas durante siglos y resueltos definitivamente en el ámbito católico hace más de 60 años. Habiendo superado los intentos concordistas que predominaron en la exégesis católica de principios del siglo XX, la actual doctrina católica no omite, ni tergiversa, ni adorna, ni orilla las diferencias de detalle entre los cuatro Evangelios, sino que las explica, sin renunciar al valor histórico de los Evangelios ni a la fe católica en la inspiración e inerrancia de la Biblia. Para no desarrollar aquí la respuesta católica a esas cuestiones, recomendamos la lectura de la constitución dogmática Dei Verbum del Concilio Vaticano II. Se acepta hoy unánimemente que los Evangelios no son biografías de Jesús al estilo moderno y que los evangelistas no procuraron describir con exactitud periodística los detalles cronológicos, topográficos, genealógicos, etc. de la vida de Jesús. Más aún, los teólogos católicos sostienen que las divergencias de detalle entre los cuatro Evangelios, unidas a su convergencia sustancial, constituyen un fuerte argumento a favor (y no en contra) de su historicidad. Se percibe así la existencia de un testimonio múltiple de los mismos acontecimientos, transmitidos por medio de diversas tradiciones, que los redactores de los Evangelios respetaron aún en sus detalles divergentes.
“De más está decir que los relatos de segunda o tercera mano recogidos por los evangelistas y escritos mucho después de la muerte de Jesús constituyen, junto con las inteligentes e inflamadas epístolas de Pablo, que los precedió, la columna dorsal del Nuevo Testamento.”
Aquí el autor sugiere que los evangelistas tuvieron como base solamente “relatos de segunda o tercera mano”, sin precisar el papel que la tradición, inicialmente oral, tenía en la comunidad primitiva, y el control que esta tradición tenía en la autoridad de los Apóstoles y sus sucesores, dado el carácter jerárquico de la comunidad cristiana primitiva (dentro de la cual y para la cual escribían los Evangelistas), que salta a la vista en el Nuevo Testamento; tampoco tiene en cuenta que algunos de los Apóstoles vivían aún cuando fueron redactados los Evangelios y gozaban de la máxima autoridad en la Iglesia por su mismo carácter de testigos presenciales de los dichos y hechos de Jesús.
Estudios papirológicos y exegéticos recientes (por ejemplo, los del luterano Thiede, el anglicano Robinson y los católicos O’Callaghan, Carmignac y Tresmontant), en perfecto acuerdo con la más antigua tradición católica, desmienten esta tendenciosa descripción del autor, que pretende restar valor histórico a los Evangelios. Por ejemplo, han demostrado que el papiro 7Q5, que contiene un texto del Evangelio de Marcos, es del año 50, y que los papiros P64 y P67, que contienen textos del Evangelio de Mateo, son del año 60. Estos descubrimientos representan un duro golpe a las teorías sobre el origen mitológico del cristianismo. La formación de un mito requiere, entre otras cosas, bastante tiempo, un tiempo que no puede haber existido si, como sostiene la tradición católica desde siempre, los Evangelios sinópticos fueron compuestos mientras aún vivían San Pedro y los demás apóstoles, testigos oculares de los acontecimientos de la vida de Jesús. San Pablo no fue “el inventor de Cristo”, como sostiene luego Vidart, apelando a un lugar común de cierta crítica anticristiana, sino que fue, como dice el mismo Pablo, el último de los apóstoles, que transmitió a sus discípulos la sagrada tradición que él mismo recibió de los primeros apóstoles (cf. 1 Corintios 15,1-11).
“Los evangelios sinópticos de Lucas, Mateo y Marcos, a los que se suma el poderoso aliento místico del de Juan, fueron canonizados luego de una cerrada votación en el Concilio de Nicea (325). Dicho concilio determinó que el 25 de diciembre, fecha del nacimiento del Solis Invictus (el Mitra iranio), celebrado en pleno solsticio de invierno, sería la fecha, hasta entonces desconocida, del nacimiento de Jesús. Hubo muchas más resoluciones. Entre ellas, el descarte de otras decenas de evangelios, luego condenados como apócrifos. El concilio estuvo plagado de intervenciones del espíritu santo, súbitos milagros y ruidosos derrumbes.”
Después de leer este sorprendente párrafo, uno sospecha que Vidart debe de haber aprendido historia de la Iglesia en “El Código da Vinci” de Dan Brown (novela sin ningún valor histórico ni teológico). No hay nada cierto en lo que Vidart atribuye aquí fantasiosamente al primer Concilio de Nicea. En este artículo de la Enciclopedia Católica se puede encontrar una buena descripción de los temas tratados realmente en ese Concilio.
El autor continúa:
“No es momento de detallar aquellos singulares sucesos que forman parte del acervo sobrenatural, celosamente preservado por la santa madre Iglesia”.
Lamentablemente ello nos deja sin posibilidad de averiguar a qué singulares sucesos sobrenaturales se refiere porque, en este caso al menos, parece que el celo por preservarlos no ha sido tan grande, como puede verse por el citado artículo de la Enciclopedia Católica.
2. El objetivo principal
Después de la referida introducción, Vidart confiesa que su artículo fue inspirado por algo que leyó en el suplemento literario del diario “El País”:
“Al comentar una obra, en la cual se demostraba con abundancia de citas las contradicciones existentes en los evangelios canónicos del Nuevo Testamento y la semejanza de la vida, muerte y resurrección de Jesús con las de los dioses solares del Oriente, el autor de la recensión expresó lo siguiente: “Pero lo que más puede reprocharse (…) es la idea de que las distintas corrientes cristianas les exigen todavía a sus fieles creer que ambos relatos (los evangelios de Mateo y Lucas) son verdad en los hechos, pese a su incongruencia (y que Jesús nació de veras un 25 de diciembre). Hay fanáticos ciegos, es cierto. Pero también hay creyentes cultos y razonables, que saben la diferencia entre fe y credulidad.””
Aquí tenemos que distinguir a tres interlocutores distintos:
· La obra comentada maneja (al parecer) dos argumentos contra la fe cristiana: el primero (ya refutado aquí) está basado en las “contradicciones” entre los cuatro Evangelios; el segundo identifica a Cristo con los mitos solares orientales. No es posible responder aquí detalladamente a este argumento. Baste decir que los partidarios del origen mitológico del cristianismo han propuesto una infinidad de teorías incompatibles entre sí y con los hechos conocidos (como el martirio de San Pedro y San Pablo en Roma, en testimonio de la verdad del Evangelio de Cristo). Además, difícilmente se pueda encontrar semejanzas relevantes entre esos mitos y, por ejemplo, el sermón de la montaña, la parábola del hijo pródigo o el lavatorio de los pies.
· El crítico de “El País” sensatamente señala dos burdos errores en la obra comentada por él. No es verdad que la fe cristiana exija creer, por ejemplo, en la exactitud histórica objetiva de las genealogías de Jesús según Mateo y según Lucas; y también es falso que esa fe exija creer que Jesús nació realmente un 25 de diciembre. El simple hecho de que, desde la antigüedad hasta hoy, la Navidad se celebre pacíficamente en Oriente el 6 de enero basta para demostrar que la fecha de la Navidad no es un elemento esencial de la fe cristiana.
· A Vidart le llamó la atención (se diría que le molestó) la distinción que el crítico de “El País” hizo entre “fanáticos ciegos” y “creyentes cultos y razonables”. El resto de su artículo va a estar destinado a probar que esa disyuntiva no existe, porque la fe cristiana es necesariamente ciega e irracional. Según Vidart, el “creyente razonable”, en la misma medida en que es razonable, deja de creer. Antes de revisar sus argumentos, dejamos constancia de que la distinción indicada es imperfecta, porque lo contrario a una fe razonable es una fe irracional, no el fanatismo religioso, que es algo muy distinto: el celo desmedido en la defensa de la propia fe, llegando incluso (a veces) al intento de imponer a otros la propia fe por medios violentos. Se puede sostener una fe en sí razonable fanáticamente o sin ningún fanatismo; y también se puede sostener una fe irracional con o sin fanatismo.
3. El argumento principal
En primer término Vidart se esfuerza por definir la fe. Comienza citando (incorrectamente) la anónima Carta a los Hebreos, la que atribuye a San Pablo, atribución que hoy no admite casi ningún exegeta. Luego Vidart dice que Hebreos 11,1-3, en la versión de Nácar y Colunga, “capciosamente… empareja la fe con el conocimiento y… le otorga la validez de una “prueba””. Vidart incurre aquí en una petición de principio, dando por cierto lo que se proponía probar.
A continuación Vidart cita la definición del término “fe” según varios diccionarios, con suerte variada. Dado que lo que se proponía Vidart era demostrar la irracionalidad de la fe católica, debería haber utilizado la noción de “fe” empleada por la doctrina católica, mal representada por esos diccionarios.
Por ejemplo, Vidart cita a un diccionario soviético que define falsamente la fe como la “aceptación gratuita de la veracidad de tal o cual fenómeno” y que enseguida añade (también falsamente) que “la fe ciega en lo sobrenatural… constituye una parte componente de toda religión. En este sentido la fe no se diferencia de la superstición. La fe religiosa se halla contrapuesta al saber”.
El solo hecho de acudir en este tema a un diccionario ideológico y partidista como es el de Iedin y Rosenthal, verdadero catecismo marxista-leninista ordenado alfabéticamente, es ya sorprendente. Véase cómo parten de la base de que la fe en lo sobrenatural sólo puede ser “ciega”. No es ése el tono de una enciclopedia que al menos aspire a cierta objetividad. Al leer estas citas, resulta inevitable evocar la memoria de los cientos de miles de cristianos asesinados por el régimen soviético por odio a su fe cristiana.
Comenta Vidart: “No son del todo idénticas la religión y la superstición, pero sí osmóticas”.
Esta metáfora insinúa que entre la religión y la superstición no hay fronteras claras. Otra afirmación gratuita del autor.
Más adelante, Vidart confiesa lo siguiente: “No soy filósofo, pero me rechinan los términos “conocimiento” y “verdades”.” Vidart no aclara si esos términos le rechinan de un modo absoluto o sólo en este contexto particular, referidos a la fe religiosa. En función de otras cosas que dice Vidart, supondremos que la segunda alternativa es la aplicable en su caso.
Vidart prosigue repitiendo insistentemente su tesis, pero sin probarla: “Los dogmas, sean el judío, el cristiano o el musulmán, no demandan conocimiento sino fe cerrada, creencia indiscutible, acatamiento absoluto, aceptación irracional.”
Es claro que esta proposición no describe correctamente la concepción católica de la fe.
Continúa Vidart: “Tomás de Aquino quiso conciliar la fe con la razón. Nunca me han convencido sus argumentos, que a mi juicio son escolásticas demostraciones de un hábil equilibrista.”
Aquí Vidart descalifica globalmente la genial síntesis tomista sin dar ningún argumento concreto, indicando sólo su impresión subjetiva: a él (Vidart) no le convencen los argumentos de Tomás.
Luego Vidart intenta presentar su teoría del conocimiento: “La verdad… requiere una demostración, tanto en el área del saber vulgar como en el del científico, fundamentado este último en el método experimental. Hablo de las ciencias duras, las propiamente dichas. El saber científico avanza y persuade en tanto que reconoce su falibilismo (Popper) y perfecciona paulatinamente sus paradigmas (Kuhn).”
Es falso que toda verdad necesite ser demostrada para ser reconocida como tal. Ya Aristóteles enseñó que el que quiere demostrar todo, no puede demostrar nada. Y añadió que querer demostrarlo todo es signo de falta de cultura. El edificio del conocimiento descansa sobre los cimientos de las verdades evidentes: los primeros principios del pensamiento y los datos de los sentidos. A partir de esas verdades, que ni pueden ni necesitan ser demostradas, porque son evidentes, el ser humano deduce sus demás conocimientos.
Por otra parte, ni la epistemología de Popper ni la de Kuhn permiten discernir un avance o perfeccionamiento en la ciencia. Popper dice que la ciencia nunca puede demostrar que una teoría científica es verdadera, pero sí que es falsa. Esto contradice el aserto de Vidart acerca de que “la verdad... requiere una demostración, tanto en el área del saber vulgar como en el del científico”. Por otra parte, la demostración de la falsedad de una tesis equivale a la demostración de la verdad de la tesis contraria. Además, Popper no puede garantizar que la siguiente teoría científica será mejor que una anterior, ya descartada como falsa. En cuanto a Kuhn, él habla de una sucesión de paradigmas científicos, sin que pueda demostrarse que esa sucesión sigue una línea de avance o progreso hacia una verdad más exacta o completa.
Vidart cita también la definición de fe de un diccionario de religiones: “en la terminología religiosa es el asentimiento firme que da la voluntad a una verdad basada sola y exclusivamente en la revelación divina.” Comenta Vidart: “aparece aquí el concepto de voluntarismo, imprescindible ingrediente de esta actitud del espíritu.”
Ni este diccionario ni Vidart toman en cuenta que, según la doctrina católica, la fe es un acto de la inteligencia, no de la voluntad, aunque ésta también interviene en el acto de fe, que es un acto libre. La inteligencia del creyente, por motivos racionales, se adhiere libremente a la verdad revelada por Dios, el Ser perfectísimo, que no puede ni engañarse ni engañarnos.
Este diccionario tiene al menos el mérito de resaltar un elemento central en la concepción cristiana de la fe, que es la revelación divina, al revés de otras citas que presenta Vidart, que caracterizan negativamente la fe como un saber que no es empírico ni es racional. Una definición negativa no es una buena definición. Por el contrario, la racionalidad peculiar de la fe aparece precisamente en que, si Dios dice algo, entonces eso que Él dice es máximamente digno de ser creído, ya que Dios, máximamente perfecto, no puede mentir ni equivocarse. Y no hay círculo vicioso, porque la existencia de Dios y su perfección se establecen por la razón, antes de toda fe religiosa, y el milagro, históricamente discernible, es la piedra de toque de la auténtica revelación divina, a la que entonces puede el hombre responder con la fe.
Vidart despacha las tradicionales pruebas de la existencia de Dios, que no apelan a la fe sino a la razón, decretando que son “escolásticas demostraciones de un hábil equilibrista”. Sería de agradecer, en los paladines de la “sola razón”, un gasto mayor de argumentación racional y menos definiciones “ex cathedra” sobre los puntos vitales de la discusión.
Otra cosa que falta usualmente en estos debates es la noción de “fe en general”, sin la cual sin embargo no se puede dar un paso en estos temas. Dicha noción no es simplemente aceptar algo porque alguien lo manda o, peor aún, porque sí, sin motivo alguno. Se trata por el contrario de dar por verdadero algo sobre la base de que quien lo atestigua es digno de fe, porque tenemos buenas razones para pensar que posee los dos atributos relevantes y fundamentales de “ciencia”, es decir, sabe de lo que habla, y “veracidad”, es decir, dice lo que sabe, no quiere engañar. Sobre estas dos bases, es claro que tenemos buenas razones para pensar que lo que la persona atestigua es verdadero. Por eso su testimonio es digno de fe.
La fe así entendida ocupa más del 90% de los conocimientos que entiende tener una persona culta, a no ser que alguien pretenda ser especialista en todas las ciencias y haber verificado las demostraciones de todos los asertos científicos sobre los que se basa la cultura moderna. La fe religiosa es el caso en que el que “testifica” es Dios mismo, haciéndose presente en la historia humana y manifestando esa presencia suya por signos que, por ser sobrenaturales, sólo pueden venir de Él.
Vidart reitera machaconamente su tesis, sin probarla, como si el mucho repetirla pudiera volverla cierta: “Y las supuestas “verdades” fundamentadas en la revelación divina, al margen de la comprobación humana, solamente son dogmas, credos, sistemas de canonizadas creencias en el más allá, en los poderes sobrenaturales de los dioses.”
En realidad, la única cuestión que vale la pena discutir aquí es si de hecho hubo o no una Revelación de Dios en la historia. En estos casos hay que comenzar por la cuestión de hecho, porque si hubo una Revelación, es razonable estar abiertos a la posibilidad de que lo que Dios nos diga cuestione algunos de nuestros prejuicios y nos haga cambiar algo de nuestra filosofía, pues es de esperar que Dios sepa más que nosotros respecto de esos temas. La “comprobación humana” del hecho de la Revelación puede que no caiga para estos casos dentro de las “ciencias duras”, que para Vidart son las únicas ciencias propiamente dichas. Pero las cuestiones más importantes de nuestra existencia personal, si bien exigen toda la “comprobación humana” de que seamos capaces, también caen fuera de las “ciencias duras”.
Pues bien, esa cuestión fundamental la despacha Vidart con decir que se trata solamente de dogmas, credos, sistemas canonizados de creencias, etc. Ésa es justamente la cuestión a discutir, y no obtenemos en realidad aquí más que una muestra de la profesión de fe de Vidart.
4. Digresiones
Su propia referencia a “los dioses” da pie a Vidart para cambiar de tema y pasar a negar, de un modo tosco, que el cristianismo sea una religión monoteísta: “Y que no se nos hable del monoteísmo cristiano. A la Santísima Trinidad –Dios trino y uno- semejante a la Trimurti indostánica y la egipcia, entre las otras estudiadas por Dumezil, se le suma el culto mariano y el planetario de los santos. Éstos, evidentes relictos paganos, tienen tal primacía que en Nápoles se les tiene por más poderosos que el Padre, el Hijo,… el espíritu santo…, las jerarquías de arcángeles y ángeles, y toda la cohorte celestial.”
Vidart interpreta aquí la Santísima Trinidad en la línea de la herejía triteísta, que obviamente se desvía del macizo monoteísmo cristiano. La existencia de remotas analogías entre la Santísima Trinidad y varios tríos de deidades hindúes o egipcias no prueba ni la falsedad ni la falta de originalidad del dogma trinitario, ni tampoco su carácter triteísta. El culto mariano no hace de la Virgen María una diosa; y el culto católico de los ángeles y de los santos no es politeísta, como Vidart propone falsamente.
Tampoco hay en el paganismo, como afirma Vidart, antecedentes del culto de los santos. Este culto no es un endiosamiento del ser humano, como era la “apoteosis” pagana (posible precisamente gracias al carácter politeísta de su contexto religioso), pues la fe de la Iglesia insiste en el carácter creado y humano de los santos, y en su distinción esencial y absoluta respecto de Dios y, por tanto, también respecto de Jesucristo, el cual es verdadero Dios y verdadero hombre.
Pero aquí, al menos, Vidart simula una “prueba”, al decir que en Nápoles a los santos se los tiene por más poderosos que a Dios. Vidart se guarda muy bien de precisar quién sostiene esa tontería en Nápoles: ¿El Arzobispo de Nápoles? ¿Algún teólogo napolitano? ¿O algún panadero de Nápoles?
Luego Vidart aporta los resultados de una encuesta de la agencia Gallup sobre la Biblia, realizada en Estados Unidos en 1996: “Confirmando el avance de las ideas antievolucionistas, que hoy instalan en colegios y universidades el regreso triunfal del creacionismo, un 46 por ciento de los cristianos aceptaba, a rajatabla, lo expresado en el Génesis: Dios creó el mundo, la vida y el hombre en seis días y al séptimo descansó”.
Es preciso aclarar que la fe cristiana en la creación no implica en absoluto una postura anti-evolucionista. Dios pudo crear las distintas especies de seres vivos tanto en forma fijista (creando directamente cada especie) como en forma evolutiva, haciendo surgir unas especies a partir de otras. No obstante, la fe cristiana sí implica un rechazo del evolucionismo materialista, por ser éste ateo.
Además, corresponde aclarar que la interpretación fundamentalista de la Biblia en general y de los relatos de la creación del Génesis en particular, aunque es practicada por varias comunidades protestantes, no tiene lugar dentro de la doctrina católica.
Más adelante Vidart hace otra digresión para esgrimir contra la fe católica el conocidísimo “problema del mal”. Según Vidart, los terremotos, las hambrunas, las guerras y otros males semejantes probarían que Dios no es bueno ni misericordioso. Él no toma en cuenta las sólidas respuestas católicas a esta clase de objeciones. Las hemos esbozado en otro lugar (véase allí el numeral 4). Añadimos aquí que no se ve por qué razón habríamos de preferir quedarnos con el sufrimiento pero sin esperanza de salvación, en lugar de intentar descubrir un sentido a nuestro sufrimiento. Quitar la esperanza a los que sufren (como intenta hacer Vidart, quien llama a los creyentes “ilusas criaturas, que… vanamente esperan clemencia en este mundo y salvación en el otro”) es la peor de las injusticias.
Por otra parte, esto nuevamente nos da la medida del talante dogmático del pensamiento de Vidart. Dejadas de lado la fe cristiana y la fe religiosa en general, en todo caso lo que correspondería sería decir: “no sabemos”. Pero Vidart sí sabe que no hay nada, que todo es ilusión, que no hay clemencia en este mundo ni salvación en el otro. Éste es otro ejemplo del credo vidartiano, que en este punto coincide con el venerable y antiguo credo materialista, absolutamente indemostrable por la razón.
De paso, al describir la vida de los cristianos, Vidart dice que “pecan sin cesar, aguardando ser absueltos…”. En esta descripción inexacta del combate moral y espiritual de la vida cristiana, se omiten muchas cosas esenciales: el auxilio de la gracia, el arrepentimiento, la conversión, etc.
5. El Credo apostólico
Luego de varias desprolijas digresiones, Vidart regresa a su cuestión principal: ¿cómo es la fe del cristiano razonable? En su descripción del “ilustrado hombre de fe”, Vidart vuelve a incurrir en caprichosas tergiversaciones, al decir, por ejemplo, que éste “laiciza los rituales o concurre muy de tarde en tarde a misa”.
O sea que, según Vidart, los católicos que vamos a Misa todos los domingos y no hemos perdido de vista que la liturgia es una acción sagrada quedamos automáticamente descartados como posibles “creyentes razonables”.
La fe de estos últimos, según el autor, debería ser “una fe a medias, una fe soft, posmoderna, complaciente, distanciada de la devoción…, no del todo convencida de la omnisciencia y omnipresencia de un dios…, desdeñosa de… lo milagroso, ajena a los inefables misterios del cristianismo”.
Es decir, no sería fe cristiana en absoluto.
En realidad, para el que cree lo que cree la Iglesia, no es nada razonable laicizar los rituales ni concurrir muy de tarde en tarde a Misa. La razón es una facultad que saca conclusiones de premisas dadas. Nada le impide a la razón sacar conclusiones de las premisas que sean; también puede hacerlo, por tanto, a partir de premisas de fe. Es claro que buena parte de lo que es razonable para el creyente no lo será para el no creyente, y viceversa: para el creyente no hay nada menos razonable que partir de la premisa de que no ha habido Revelación divina histórica o de que no puede haberla.
En “la hora de la verdad”, Vidart enfrenta a su hipotético “cristiano razonable” (que, en verdad, ni siquiera es cristiano) con el Credo o Símbolo de los Apóstoles, conservado al menos desde el siglo II por la Iglesia de Roma. Nos aclara “que existen flagrantes manipulaciones infligidas al Symboli Apostolici… Baste decir que el Dios pantókrator (el que todo lo domina y gobierna) fue transformado en Omnipotens (todopoderoso), que no es lo mismo.”
Si las “flagrantes manipulaciones” del Credo son de esta clase, los católicos podemos respirar tranquilos. De hecho “omnipotens” es una buena traducción de “pantókrator”. El Ser omnipotente o todopoderoso no puede ser otro que el gobernador del mundo entero, y viceversa.
Vidart reproduce íntegramente el Credo de los Apóstoles y luego conmina a su ““culto” creyente” a que “responda lealmente sí o no a lo escrito en este Credo”.
Se podría haber ahorrado este trabajo. ¿No sabe Vidart que la Iglesia Católica ya ha hecho esta misma pregunta a cada uno de sus fieles? El Credo de los Apóstoles es un símbolo bautismal, y cada cristiano ha dicho “sí” a ese Credo en el día de su bautismo y ha reiterado ese “sí” al menos anualmente, en cada vigilia pascual.
Luego Vidart dice que el Credo Apostólico “excede largamente todo lo dicho en las más fantásticas mitologías”, lo cual es cierto en un sentido distinto al pretendido por él.
El Credo cristiano, a diferencia de todas las mitologías, se basa en un personaje histórico perfectamente datable y localizable (no es de extrañar que la mención de Poncio Pilato en el Credo molestara mucho a Bultmann, el gran mitólogo alemán), en quien, de un modo totalmente inédito en la historia de las religiones, el único Ser Absoluto, Necesario y Eterno se encarna en el tiempo, para liberar a los hombres y hacerlos hijos suyos.
Aquí queda de manifiesto que el furor anticristiano de Vidart lo impulsa a acumular un argumento tras otro, sin preocuparse siquiera de que esos argumentos sean coherentes entre sí. Primero él trató de identificar a Cristo con los mitos solares de Oriente y a la Santísima Trinidad con tríos de deidades de la India y de Egipto; ahora, en cambio, reconoce que la fe cristiana es incomparable con cualquier mitología. Palos porque bogas, y porque no bogas palos.
Vidart prosigue su argumento de la siguiente manera: “Si el interrogado contesta que no,… no es cristiano… Si dice que sí, que asuma en consecuencia, y a fondo, lo establecido e impuesto por la santa madre” [Iglesia].
Quizás Vidart no se anima a ponerlo aquí tan claro, pero ya lo ha dicho antes con otras palabras: si el cristiano cree de verdad en su fe, no es razonable. Aquí agrega: si no cree, no es cristiano. Por lo tanto, habría que elegir: o se es cristiano, o se es razonable.
Vidart redondea su sofisma citando a Sam Harris: “Los hombres que cometieron las atrocidades del 11 de septiembre no eran “cobardes”…, ni eran unos lunáticos… Eran hombres de fe –y de una fe perfecta”.
O sea que el verdadero creyente no sólo no es una persona razonable, sino que es un fanático, alguien muy peligroso para la sociedad. De aquí al encierro de los creyentes en hospitales psiquiátricos no hay tanta distancia como podría parecer.
Pero si por “creyente” entendemos todo aquel que sostiene con gran convicción algo que no puede demostrar ni empírica ni racionalmente, entonces Vidart entra también, como vimos, en esa categoría, dado que su negación de la Revelación y de la salvación eterna no puede ser racionalmente demostrada y ciertamente no ha sido demostrada por él. De hecho, el talante con que Vidart aborda el tratamiento del tema no está lejos de hacer pensar precisamente en ese “fanatismo” que lo desvela tanto. Esperemos por tanto que no se llegue a la hospitalización de los creyentes, que se seguiría lógicamente de una interpretación radical de su postura.
6. Los casos de pedofilia en el clero
Hacia el final de su largo artículo, Vidart calumnia a la Iglesia Católica, al escribir que “los curas pedófilos [han sido] solícitamente puestos hasta hoy por la santa madre al margen de todo castigo divino o humano”.
La verdad es que la Iglesia Católica (comenzando por el Papa) ha hecho y sigue haciendo grandes esfuerzos para combatir la lacra de la pequeña minoría pedófila dentro del clero católico.
Vidart alega que esos curas “no padecerá(n) la ignominia de la excomunión”.
Omite considerar que la Iglesia Católica aplica sanciones a los sacerdotes pedófilos, incluyendo muchas veces la expulsión del estado clerical, y que la fe católica considera cada acto pedófilo como un pecado mortal, que obviamente impide la recepción de la santa comunión.
En la página 12, Brecha incluye una pequeña noticia sobre las recientes denuncias de antiguos abusos físicos o sexuales de menores por parte de sacerdotes en Alemania. Se cita un despacho de la cadena británica BBC, que intenta involucrar en el escándalo a Georg Ratzinger, hermano del Papa. En realidad, Georg Ratzinger no tuvo ninguna relación con esos abusos y los dos sacerdotes implicados murieron en 1984.
En la misma página, Brecha publica un artículo del Pbro. Paul Dabezies sobre los casos de pedofilia en el clero católico. Concordamos en sustancia con lo expresado por el Padre Dabezies en ese artículo, con algunas diferencias de matiz que pasamos a señalar:
· Dabezies dice que los casos de pedofilia en el clero y los errores de varios obispos en el manejo de esos casos afectan la credibilidad de la Iglesia. Creemos que aquí se debe hacer una nítida distinción: afectan la credibilidad de los hombres de Iglesia; no afectan la credibilidad de la religión católica.
· Dabezies dice que las grandes agencias de noticias están utilizando este escándalo para “hacer pagar a la Iglesia su rechazo y condena… a las criminales agresiones en Afganistán y dos veces en Irak.” Sin negar la influencia de este factor, sostenemos que el prejuicio anticatólico en Occidente tiene raíces mucho más hondas. Concretamente, habría que señalar también aquí la clara y valiente defensa que la Iglesia hace del derecho a la vida de todo ser humano desde la concepción hasta la muerte natural, y de la familia basada en el matrimonio entre un varón y una mujer, que choca frontalmente con las pretensiones y los planes de centros de poder que no están lejos ni del New York Times ni de la BBC.
· Dabezies dice que “entre las causas principales [de los casos de pedofilia en el clero] habría que buscar una muy deficiente educación en la sexualidad en la formación que se daba unas cuantas décadas atrás a los futuros sacerdotes.” De nuevo, sin descartar esto, creemos que el alejamiento de muchos sacerdotes (y seminarios) de la doctrina moral católica tradicional y la crisis del derecho canónico fueron factores de mayor peso en el incremento de estos casos durante la época post-conciliar.
Yendo ahora más allá de lo dicho por Vidart y por Brecha, queremos agregar dos consideraciones generales sobre el escándalo de los sacerdotes pedófilos.
En primer lugar, todos los católicos (comenzando por Benedicto XVI), estamos de acuerdo en condenar sin reservas la pedofilia y en combatirla enérgicamente, dentro y fuera del clero. Ninguno de nosotros trata de defender o justificar a los culpables. Esto contrasta con la hemiplejia moral de quienes condenan terminantemente las violaciones de derechos humanos cometidas por sus adversarios, pero se abstienen de hacerlo cuando esas violaciones provienen de su propio bando. Hay muchísimos ejemplos de esta clase de incoherencia, algunos de ellos muy recientes.
En segundo lugar, subrayamos que, pese a la desproporción entre la enorme atención prestada por la prensa mundial a los casos de pedofilia en el clero católico y la mucho menor atención prestada a otros casos semejantes y mucho más numerosos, el porcentaje de pedófilos entre los sacerdotes católicos no es mayor que el porcentaje de pedófilos en otros colectivos: pastores protestantes, rabinos, docentes, médicos, esposos, concubinos, etc. Sin perjuicio de nuestro absoluto rechazo a la pedofilia, los católicos denunciamos también la “indignación selectiva” de quienes tratan de explotar este triste escándalo con fines anticatólicos: por ejemplo, para restar credibilidad a la religión católica, para destruir la autoridad moral de la Iglesia Católica o para suprimir el celibato sacerdotal. Esta clase de maniobras espurias representan una segunda injusticia cometida contra las víctimas católicas de esos abusos.
7. La actitud de Brecha
El artículo de Daniel Vidart no sólo tiene escaso valor intelectual sino que evidencia el desprecio que el autor siente por la religión católica, a la cual trata de ridiculizar, por ejemplo, diciendo que “la paloma del espíritu santo (aquella que penetró por una oreja de María para fecundarla, como cuenta un evangelio apócrifo)”.
Es muy difícil dialogar con quienes no tienen un mínimo de respeto por las creencias religiosas ajenas.
Además, antes el autor trató de mostrar como una injusticia que la Iglesia haya “descartado” los evangelios apócrifos. Está visto que los que profesan las creencias de Vidart son personas difíciles de contentar.
El texto de Vidart y su contexto llevan a sospechar que Brecha, con el pretexto de la Semana Santa, está contribuyendo a la difusión del prejuicio anticatólico. El titular principal del nº 1.271 de Brecha es el siguiente:
“Miradas criollas en la Semana Santa
La fe cuestionada
· Razón y religión según el antropólogo Daniel Vidart
· Pedofilia y ocultamiento según el párroco Dabezies”
De aquí surge que Brecha presenta los casos de pedofilia en el clero como un factor que cuestiona la verdad o validez de la fe católica.
Más aún, la sección de la revista que incluye el artículo de Daniel Vidart comienza en la página 9 con una gran imagen de Galileo frente a la inquisición romana, debajo de la cual figuran los siguientes títulos:
“A propósito de Semana Santa
La resurrección del debate”
¿Cuál es el debate que Brecha quiere resucitar? No parece que sea el caso Galileo. Al parecer se trata de reabrir una suerte de proceso global contra la Iglesia Católica y de poner en duda el núcleo mismo de la religión católica.
El juicio entablado por Brecha no sigue las reglas del debido proceso, ya que sólo se escucha la voz acusadora del fiscal, no la de ningún abogado defensor. La inclusión de un artículo de un sacerdote católico no es un signo de real ecuanimidad, por dos razones muy poderosas:
· Ante todo, porque Brecha dio a Vidart cuatro veces más espacio que al Padre Dabezies.
· Sobre todo, porque Brecha pidió a Dabezies que tratara un tema puntual (la pedofilia en el clero), sin permitirle defender la fe católica de los múltiples y graves ataques planteados por Vidart.
Uno se pregunta por qué Brecha se embarcó en una campaña de este tipo, y justo en Semana Santa, contra la religión mayoritaria del pueblo uruguayo. Difícilmente cualquier medio de prensa uruguayo daría un tratamiento similar (tan inexacto y agresivo, tan falto de comprensión, aprecio y simpatía) a ninguna otra religión, a ninguna gran corriente filosófica o política. ¿Por qué entonces se hace una excepción con el catolicismo? Tendemos a pensar que tienen razón los académicos que han llegado a la conclusión de que el anticatolicismo es “el último prejuicio aceptable”, sobre todo (aunque no exclusivamente) en amplios sectores de la izquierda.
Publicado por Daniel Iglesias Grèzes en 6:26 AM 5 comentarios
lunes 12 de abril de 2010
Se publicó un libro del Lic. Néstor Martínez: Baúl apologético
Equipo de Dirección de “Fe y Razón”
El Centro Cultural “Fe y Razón” (en formación) acaba de publicar el tercer título de su Colección de Libros. Se trata de una obra del Lic. Néstor Martínez Valls: Baúl apologético. Selección de trabajos filosóficos y teológicos publicados en “Fe y Razón”.
El libro tiene 190 páginas. Contiene un prólogo y dieciocho capítulos, a saber: 1) G. K. Chesterton. 2) El realismo metódico en el pensamiento de Étienne Gilson. 3) Sobre el emergentismo. 4) ¿Termina todo con la muerte? 5) ¿Lo esencial de la religión? 6) Lo que el Papa dijo a Hawking. 7) El explorador. 8) Un ejemplo de "pensamiento débil" en la filosofía católica: Juan A. Estrada y las pruebas filosóficas de la existencia de Dios. 9) El Universo: ¿Infinito? 10) El retorno del maniqueísmo en la teología de Andrés Torres Queiruga. 11) ¿Dios castiga? 12) ¿Es Satanás un ser personal e individual? 13) Un diálogo sobre Jesús. 14) La cristología de Dan Brown y otros errores de “El Código da Vinci”. 15) La Iglesia subsiste y existe. 16) La mediación de los santos. 17) La doctrina eucarística del P. Juan Luis Segundo SJ en su obra “El Infierno”. 18) Conversación sobre los divorciados y la comunión.
El propósito general de los distintos capítulos es mostrar, de diversas maneras, la armonía entre la fe católica y la recta razón.
Néstor Martínez Valls nació en Montevideo (Uruguay) en 1957. Se graduó como Licenciado en Filosofía en la Facultad de Humanidades de la Universidad de la República en 1997. Es Profesor de Filosofía en la Facultad de Teología del Uruguay “Monseñor Mariano Soler” y en la Universidad de Montevideo.
Es socio fundador y Secretario Académico de la sección Uruguay de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino (SITA), miembro del Instituto de Bioética "Juan Pablo II" e integrante de la Mesa Coordinadora Nacional por la Vida. También es socio fundador y Presidente del Centro Cultural “Fe y Razón”. Junto con el Diác. Jorge Novoa y el Ing. Daniel Iglesias, es co-director de Fe y Razón desde 1999.
Fe y Razón (http://www.feyrazon.org/) es un sitio web de teología y filosofía cuyo propósito es contribuir a la evangelización de la cultura en fidelidad al Magisterio de la Iglesia Católica y difundir la obra de Santo Tomás de Aquino y otros grandes pensadores cristianos. Entre otras cosas, contiene la revista virtual gratuita Fe y Razón, con 46 números publicados y unos 800 suscriptores. Fe y Razón tiene unos 500 trabajos publicados y unas 30.000 páginas visitadas por mes. En 2003 una encuesta del portal Catholic.net lo incluyó en una lista de doce portales católicos favoritos del mundo de habla hispana.
El libro en cuestión (el primero publicado por el autor) puede ser adquirido en Lulu, el mayor sitio de auto-publicación a nivel mundial, en la siguiente dirección:
http://stores.lulu.com/feyrazon
Allí se permite ver la tapa y las primeras diez páginas del libro.
El libro puede ser obtenido en cualquiera de las siguientes dos modalidades:
· Como descarga gratuita del texto en formato PDF.
· Como libro impreso.
En este último caso, Lulu imprime la cantidad de ejemplares pedida (cualquier cantidad, de uno en adelante) y los envía por correo desde Estados Unidos al comprador. Para hacer la compra se requiere una tarjeta internacional. Según nuestra amplia experiencia, tanto el sitio de Lulu como su modo de envío económico de libros son recomendables desde el punto de vista de la seguridad.
Actualmente la Colección “Fe y Razón” (disponible en la dirección ya indicada) está compuesta por los siguientes libros:
· Nº 1 – Miguel Antonio Barriola, “En tu palabra echaré la red” (Lc 5,5). Reflexiones sobre Dios en la historia.
· Nº 2 – Daniel Iglesias Grèzes, Razones para nuestra esperanza. Escritos de apologética católica.
· Nº 3 – Néstor Martínez Valls, Baúl apologético. Selección de trabajos filosóficos y teológicos publicados en “Fe y Razón”.

miércoles, 21 de abril de 2010

LA PANDEMIA UTÓPICA

QUIERO COMPARTIR UN ARTICULO DE UN AMIGO, "QUITO", QUE ME PARECE MUY BUENO Y CORRECTO, EL CUAL ME ENVIO. LE DOY LAS GRACIAS POR COMPARTIR SUS PENSAMIENTOS CONMIGO, HOY QUIERO TAMBIEN HACERLES LLEGAR A TODOS UESTEDES ESTAS LINEAS.

La pandemia utópica esparcida por la izquierda

Hemos sostenido en nuestro corto pasaje por la militancia política que esta última campaña electoral debía darse a través de una batalla por la reivindicación de valores, donde los PPTT , que debieron haber hecho un mayor esfuerzo por recuperar los contenidos valóricos profundos que hoy día reclama la sociedad, fueron diluidos por la constante perorata de izquierda.
Según una encuesta de MPC, menos de la mitad de los votantes del F.A en las últimas elecciones se identificaron como de izquierda. Lo que confirma la teoría de un viejo militante del F.A de que su victoria no es solo merito de esta coalición, sino deméritos de los PPTT que no han sabido responder a las expectativas de mas de la mitad del electorado nacional.
Sin embargo resulta asombroso el efecto devastador que esta influencia hegemónica de la cultura de izquierda triunfante ha ocasionado sobre toda nuestra sociedad en los últimos treinta años.
La ilusión utópica que sustentan las ideologías de izquierdas, comenzando por la falacia del socialismo científico y siguiendo por seudos principios como la lucha de clases, la disolución del estado burgués, definido como una organización lacaya del imperialismo capitalista y el culto dogmático a una teoría nunca probada científicamente como el materialismo dialéctico entre otros, han generado una crisis de valores como nunca se hubiera imaginado y que por lo visto será muy difícil recomponer.
Resulta asombroso asistir a la impotencia de un estado que ha través de años ha demostrado ser cada vez mas incapaz de brindar a sus ciudadanos las garantías básicas para el libre ejercicio de sus derechos fundamentales, como el del trabajo, la seguridad, la propiedad privada, el respeto por la autoridad legítima y la protección de la familia, como bienes esenciales a tutelar en la sociedad entre los mas relevantes.
La persistencia de la prédica de izquierda en difundir silogismos falsos como los mas notorios de la administración anterior, jactándose de ser los únicos defensores de los débiles; de que al que tiene mas hay que quitarle para darle al que tiene menos, que todo acto de ejercicio de autoridad legítima es represivo o que la lucha social por las clases mas pobres es prerrogativa exclusiva del comunismo, han generado falsas ilusiones utópicas, que van enajenado la conciencia de la gente bien intencionada, que confió en el FA como una opción a la falta de respuestas a sus aspiraciones legítimas.
Actualmente, ya en la segunda era de un gobierno de izquierda, muchos de sus dirigentes se encuentran también entrampados en esas utopías, enfrentando serios antagonismos internos para dar soluciones concretas a los problemas reales que debe resolver el País.
Hace unos días, la Derecha Social fue invitada a participar en el programa "El Contestador" de Radio Carmelo de un debate sobre la temática: " ¿Que significa ser de Izquierda o Derecha?", Cecilio Curubeto y Diego Diaz formaron parte de los contertulios que representaron a la Derecha Social, en tanto Ventura Rébori perteneciente al MPP y Héctor Maraoto militante de Asamblea Popular defendieron el sentir de las izquierdas.
Una tertulia realmente interesante que pretendía exponer ideas, reflexiones y los diferentes puntos de vista acerca de las ideas fuerza de los últimos doscientos años de historia de Occidente.
Sin embargo a lo largo de más de una hora de programa, nunca se logró percibir una confrontación concreta entre los participantes acerca de los fundamentos que respaldan filosóficamente cada corriente.
Contrariamente al objetivo propuesto, los representantes de izquierda limitaron sus argumentos en los más que trillados argumentos del imperialismo capitalista, con una visión partidocrática, anacrónicamente estancada en la guerra fría del siglo pasado, pero sin lograr focalizar su discurso en el objeto del debate.
En esa línea de razonamiento, ocuparon gran parte de sus intervenciones en apologizar las “libertades” de Cuba y la “prosperidad y bondades”de los regímenes democráticos de sus socios ideológicos como Venezuela y Bolivia.
No fue difícil percibir las contradicciones de sus propias posiciones referentes al actual gobierno, cuestionándose ellos mismos si la verdadera revolución que pregonan esta en curso a través de un crecimiento económico y de los medios de producción antes de “socializar la riqueza” o estamos asistiendo a otro gobierno “burgués” capitalista y cipayo del imperialismo como ya hay voces que lo anunciaron con el anterior.
Lo cierto es que a nadie le quedó claro cuales fueron los fundamentos ideológicos de la representación de izquierdas. Como lo apreciaremos cada vez mas acentuadamente en el futuro, las utopías del paraíso socialista, que tantos millones de vidas han costado a lo largo de la historia, mas allá de continuar su obra devastadora sobre la cultura y las sociedades, irá profundizando cada vez mas estas contradicciones y ausencias de contenidos filosóficos.
El mejor ejemplo referente a los efectos de esta hegemonía cultural utópica de las izquierdas, lo encontré en la respuesta de un lector a una encuesta de opinión de un diario acerca de la conveniencia de eliminar el Ejército Nacional:
Que opina referente a la disolución del Ejèrcito?
"Si, y la Fuerza Aérea, la Armada, los Coraceros, Los Granaderos, la palabra Militar del diccionario, los cuarteles, las comisarías, los uniformes, los libros de historia, los de geopolítica, los de estrategia, eliminar los impuestos, que la nafta sea gratis, cambiar las balas por rosas, legalizar la marihuana, la cocaína, los cigarrillos, el alcohol, darle 10 hectáreas de campo a cada uruguayo, eliminar el offside, los cordones de las veredas, no doblar mas las esquinas, los partidos políticos fundados por militares, los diarios, uy perdón..."
Gobernar es brindar soluciones posibles a problemas reales. No pasa por dogmas capitalistas ni mesianismos materialistas.

Abril de 2010

¿DURAMOS O VIVIMOS?.

¿Duramos o vivimos?
Cuando un año comienza o finaliza es casi obligado hacer balance de nuestra vida y determinar el signo de la cuenta de resultados, no se trata de recontar las cosas que nos pertenecen, para ver si han aumentado o disminuido, sino de enfrentarnos a nosotros mismos y, con honestidad, ver si hemos llegado a crecer a ser «más persona». Ser es mucho más importante que tener. Las cosas que se tienen pueden perderse, pero lo que cada uno vayamos llegando a ser, nos va a configurar para siempre. Al correr de los años, cada día, vamos labrando o arruinando nuestro propio ser.

El tiempo, aprovechado o dilapidado ya es pasado. Solo tenemos el efímero presente para vivirlo con sentido. Podemos crecer desde dentro, desarrollando todas nuestras posibilidades, o seguir siendo pequeños y tratar de disimularlo subidos a los inestables zancos de las cosas.

En el año que ha pasado ¿hemos tratado de ser o de tener? Puede que tengamos más cosas pero no hayamos crecido como personas. Si nuestra vida está llena del deseo de cosas, y cuando las conseguimos ya estamos deseando otras nuevas en una carrera sin fin, es que no hemos comprendido que vivir es desarrollarse desde dentro y no pretender aumentar de tamaño con prótesis artificiales. Ser dueños del mejor coche o del mejor yate, o ser un modesto empleado, no nos hace ser más o menos persona de lo que en realidad seamos.

Pienso que hay mucha gente que se empeña en permanecer pequeño, egoísta, las cosas que posee son sus juguetes y quiere manejar a las personas que le rodean y tenerlas a su servicio. El que crece, el que llega a ser cada vez más adulto, siente el gozo de ser libre, autónomo y capaz de dar, de devolver a los demás los cuidados que el recibió en su etapa infantil. El que crece y se desarrolla, encuentra su plena realización en amar a los demás, en buscar activamente el bien de los que ama. Como ha descubierto la alegría de su propio desarrollo, querrá que los demás también crezcan y lo experimenten.

Este sería el balance que tendríamos que hacer de nuestra vida: si seguimos aferrados a nuestra etapa infantil o si hemos llegado a la etapa adulta. Nuestras vidas están formadas por los lazos que trenzamos con los demás. Depende de nosotros que sean lazos de amor y de amistad o que sean las duras cadenas de la servidumbre. La amistad y el amor nos hacen libres, pero el egoísmo nos hace esclavos de las cosas, del placer, del ansia de poder, del odio y de la violencia.

El que crece como persona se da cuenta de que tiene conciencia, razón y voluntad. Tiende hacia lo bueno, lo bello y lo verdadero, aunque no dejará de sentir un impulso contrario hacia el mal que tendrá que dominar, aunque necesitará la ayuda de Dios y de los demás. Se sentirá solidario de todos los que luchan por extender el bien y rechazar el mal, pues no es posible vivir aislado. Los otros no son el infierno, como dijo Sartre, sino los que me constituyen como persona. Mi vida es relación con los otros, pero tengo que preguntarme seriamente por la clase de relación que mantengo con los demás. Si quiero hacer balance de mi vida tengo que revisar también mis relaciones personales.

Un detallado examen del año que ha pasado me dará mi situación personal en este momento y lo que tendré que corregir para el siguiente ejercicio, del cual no sabemos el momento en que habrá de cerrarse.

El paso de un año a otro no es solamente para celebrarlo en el aturdimiento de una fiesta ruidosa, sino para meditar si realmente hemos crecido y vivido de verdad un año más o simplemente hemos durado.

(estas reflexiones son extraidas de un artículo publicado en el finales diciembre 2008, no las pense yo, pero si las publico, para que a todos nos ayude a reflexionar sobre nuestras vidas).

EDITORIAL PRIMERA

HE CREADO UN NUEVO BLOG EN LA RED, LLAMADO NUEVA REPUBLICA - NUEVA SOCIEDAD, CREADO POR MÍ, PARA DIFUNDIR IDEAS Y PENSAMIENTOS, REPUBLICANOS Y CRISTIANOS, BASADOS EN UNA NUEVA SOCIEDAD, UNA NUEVA CENTRO DERECHA CRISTIANA.

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EL BLOG ESTARÀ BASADO EN LOS PRINCIPIOS DE TRADICIÓN, FAMILIA, PATRIA. SE ESCRIBIRA SOBRE IDEAS POLÍTICAS, RELIGIOSAS, SOCIALES, EMPRESA, INTERNACIONALES Y DE INTERES GENERAL.

EL FUNDAMENTO ESTARÁ EN LA LIBERTAD DE IDEAS, DE EXPRESIÓN. PODRAN OPINAR TODO AQUELLOS AÚN EN CONTRA DE NUESTRAS IDEAS, SIEMPRE Y CUANDO SE MANTENGAN DENTRO DEL RESPETO ANTERIORMENTE MENCIONADO. PODRAN EXPERESARSE LIBREMENTE, TODOS DESDE UN EXTREMO AL OTRO DEL ESPECTRO POLÍTICO, RELIGIOSO, SOCIAL, EMPRESARIAL.

POR QUE SI HAY LIBERTAD DE IDEAS PARA DECIR UNA COSA INCORRECTA Y TORCIDA, CUANTO MAS PARA DECIR AQUELLO QUE ES CORRECTO Y LA VERDAD!!. LA VERDAD NOS HACE LIBRES!! DECIA JESÚS CRISTO.

EN BREVE COMENZARA A PUBLICARSE LOS PRIMEROS ARTÍCULOS, QUE SE IRAN AGREGANDO DE A POCO CADA ALGUNOS DÍAS OTROS MAS.

ATTE. JAVIER DIAZ.